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¿Porqué el mundo parece distinto cuando aprendemos a bailar?

Posted 5/7/2019

Por Francisco De La Calleja

         Como instructor de baile he escuchado muchas veces a lo largo de los años innumerables variaciones de: "¡Has cambiado mi mundo!" Y "¡Has cambiado la forma en que veo mi vida!" De estudiantes agradecidos que han descubierto su pasión por el baile en mis clases.

         Y aunque no hay dos estudiantes que comiencen a tomar lecciones por las mismas razones o con la misma motivación y que no hay dos estudiantes que pasen por el mismo proceso de aprendizaje, los comentarios de todos ellos convergen después de algún tiempo hacia esas dos ideas: ni la vida ni el mundo parecen ser los mismos que después de las clases de baile.

Al principio de mi carrera, simplemente encontraba divertida esta "coincidencia", como solía verla, dado que yo mismo era y sigo siendo un estudiante de baile en lo más hondo de mi ser y tenía la tendencia a decir exactamente lo mismo. Pero a lo largo de las últimas tres décadas, a medida que aprendía más sobre la enseñanza, tuve la curiosidad de saber qué razones podrían causar esta convergencia. Hoy considero que el fenómeno no es una coincidencia sino una consecuencia inevitable de un proceso de aprendizaje adecuado. He aquí por qué:

         Aunque bailar es objetivamente muy fácil, al mismo tiempo se compone de múltiples técnicas y reflejos que deben coordinarse simultáneamente. La mayoría de las personas saben que el baile requiere un dominio de la conciencia espacial, la habilidad kinestésica, el pensamiento lógico y la percepción musical. Estos pueden ser resumidos en las cuatro preguntas básicas del baile:

         ¿Dónde estoy?
         ¿Qué está haciendo mi cuerpo?
         ¿Cómo lo estoy haciendo?
         ¿Coincido con el ritmo de mi compañero y el de la música?

         Y, de hecho, la mayoría de los profesores de baile intentarán ayudar a sus alumnos a desarrollar estas habilidades mediante ejercicios, memorización y largas horas de repetición.

         Pero una verdadera comprensión de todo lo que sucede en el cuerpo del bailarín, el entorno del bailarín y la conciencia del bailarín va más allá de estas perspectivas ya obvias. Un buen maestro de baile tratará de ayudar a sus estudiantes a desarrollar muchas otras formas de percibir y procesar información, tales como:

         El discernimiento naturalista: la capacidad de comparar objetos e ideas como en: este movimiento se parece a ese otro. Este giro no es como aquel. El sentimiento que tengo cuando hago esto es como el que tengo cuando hago aquello.

         La inteligencia interpersonal o emocional: la habilidad para darse cuenta de cómo se siente otra persona (la pareja, el maestro o los compañeros de clase), lo que necesitan y el efecto que nuestro estado de ánimo, nuestras emociones y nuestras acciones tienen sobre su estado físico y emocional.

         Conciencia intrapersonal. Similar a la anterior pero con una perspectiva interna: la habilidad de comprender y evaluar cómo el baile afecta el estado físico y emocional de uno mismo, así como la capacidad de discriminar entre los propios sentimientos y usarlos para comprender y guiar nuestras acciones.

         Perspectiva existencial: la capacidad de enfrentar e intentar responder las preguntas más profundas y esenciales de la existencia y la espiritualidad en relación con el baile y el papel del baile en la vida.

         Por último, todos los buenos maestros también ayudarán a sus estudiantes a desarrollar sus habilidades de comunicación verbal, principalmente dando buen ejemplo mientras enseñan, ya que el poder explicar lo que uno hace o cómo se siente es la mejor manera de apropiarse de todos los sentimientos que los estudiantes de baile descubren a medida que se acostumbran a ver su mundo a través de esta nueva serie de canales de percepción.

         El estudiante que pasa por un proceso de aprendizaje de baile completo y exitoso estará así equipado para ver su entorno y su papel en él con múltiples perspectivas. No es de extrañar que la mayoría de ellos se sientan como si acabaran de entrar en un mundo completamente nuevo.