La version de votre navigateur est obsolète. Nous vous recommandons vivement d'actualiser votre navigateur vers la dernière version.

Un profesor de baile paciente? ¡No, gracias!

Posted 3/14/2019

Por Francisco De La Calleja 

    "Vamos a probar lecciones con él, él es un gran bailarín y un amigo nos dijo que es un profesor muy paciente...»


    Cada vez que escucho palabras como esas, ya sea que conozca a los estudiantes o al instructor en cuestión, mi primer reflejo es decir: "Si quieres disfrutar el baile y tomar clases, ¡aléjate de los maestros pacientes!"

    Esto puede parecer extraño, dado que la paciencia es una cualidad que la mayoría de los estudiantes esperan de un maestro de baile.

    De hecho, cada vez que comienzo una clase de formación para profesores de danza, yo pregunto a los novatos cuáles son las cualidades que consideran más valiosas y la paciencia está siempre en los dos primeros puestos, junto con la capacidad de bailar.

    Pero yo veo la paciencia como sobrevalorada y he aquí por qué:

    Los maestros que, desde el principio, afirman ser pacientes con sus alumnos, lo hacen porque, consciente o inconscientemente, saben que algo falta en su método de enseñanza y que dichas lagunas en su conocimiento invariablemente conducirán a repetidos "errores" por parte del estudiante, lo cual creará la necesidad de mucha repetición, tanto de su explicación como del ejercicio que intentará el estudiante, con la correspondiente frustración.

    La mayoría de las veces esta falta de conocimiento tiene su raíz en el hecho de que estos maestros  basan su método de enseñanza en su propia habilidad para bailar. Esto, por sí mismo, no presenta ningún problema, pero a menudo estos grandes bailarines carecen de curiosidad para investigar exactamente por qué les resulta tan fácil bailar. Cuestionar este simple hecho invariablemente los llevaría a observar cómo aprendieron y finalmente, cómo aprenden otras personas.

    Desafortunadamente para sus alumnos, algunos de estos maestros no se molestan en considerar perspectivas alternativas del baile y del aprendizaje que no sean las suyas. En cambio, cada vez que sienten que el alumno no progresa, le echarán la culpa a la habilidad natural del estudiante o falta de ella, a su asiduidad a la clase o a su motivación, llegando a la conclusión de que sus estudiantes son lentos, no tienen talento o simplemente no pueden aprender y como no quieren perderlos (y los ingresos correspondientes que traen), tienen que ser pacientes con ellos.

    Los buenos maestros no necesitan ser pacientes porque saben que cada parte del proceso de enseñanza y aprendizaje tiene su lugar y tiempo.

    Saben esto porque tienen el conocimiento y la experiencia para organizar su método de enseñanza en ejercicios en una secuencia lógica que hace que los estudiantes sientan que cada vez que lo intentan, están logrando aprender algo nuevo.

    Sus lecciones son engañosamente fáciles y simples pero progresan a un ritmo muy rápido, rara vez dejando a alguien atrás. Además, los buenos maestros crean un ambiente de aprendizaje donde todas las preguntas son bienvenidas, incluso alentadas, evitando así situaciones en las que tienen que retroceder y volver a enseñar una idea previa.

    Además, los buenos maestros son excelentes comunicadores, una cualidad que los ayuda en dos frentes:

    Primero, son muy buenos para descifrar el comportamiento del estudiante para aprender más sobre su manera de aprender. No hay dos estudiantes iguales y tampoco dos estudiantes aprenden de la misma manera. De hecho, la mayoría de las personas tiene una variedad variable de canales de percepción e integración de información. Por lo tanto, un buen maestro no perderá el tiempo repitiendo las instrucciones en canales no activos, evitando la frustración y la consiguiente contracción: la paciencia.

    En segundo lugar, un buen comunicador dará instrucciones de manera concisa, evitando explicaciones complicadas que conducen a malentendidos, confusión, frustración y... sí, la necesidad de paciencia.

    Entonces, si estás buscando un buen profesor de baile latino y tu objetivo es realmente aprender a bailar, olvidarte de las apariencias, de los pasitos impresionantes, de la medalla de oro, del origen latino o de la paciencia. Mejor busca a alguien que sea curioso, observador, organizado, creativo y buen comunicador.